Luis Tejada fue un cronista excepcional: agudo, irónico, sensible a lo popular y ferozmente honesto con su tiempo. En sus Crónicas, reunidas tras su temprana muerte en 1924, nos ofrece una mirada viva y punzante sobre la vida cotidiana, la política, la ciudad y las contradicciones de una Colombia que comenzaba a modernizarse a trompicones.
Desde los cafés y tranvías de Bogotá hasta los pueblos perdidos en la provincia, Tejada retrata un país que balbucea su entrada en la modernidad con un humor sutil y una inteligencia que no deja escapar los detalles. Su estilo, heredero del mejor periodismo literario, mezcla la observación minuciosa con un lenguaje que nunca pierde elegancia, incluso cuando apunta con ironía a las costumbres, las clases sociales o las ridiculeces de la burocracia.
Pero estas Crónicas no son solo documentos de época: son piezas literarias de alta calidad, donde la prosa se convierte en espejo del alma nacional. Tejada escribe con empatía, con rabia, con amor por lo humano. Su capacidad para ver lo extraordinario en lo cotidiano lo convierte en uno de los grandes cronistas de América Latina.
En una época donde el ruido a menudo silencia las voces sutiles, volver a Luis Tejada es reencontrarse con una mirada clara, crítica y profundamente literaria. En Crónicas, el lector de hoy hallará no solo un retrato del pasado, sino claves —a veces incómodas, a veces luminosas— para pensar el presente.